Visita al Karmapa

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El viernes 8 de marzo, gracias a una amiga italiana y su marido, Ananda y yo pudimos visitar en audiencia privada a su Santidad el 17th Karmapa en Sarnath, a 15 km. de Varanasi.

En la tradición tibetana, el Karmapa es la cabeza de la escuela Kagyu, una de las cuatromás iportantes dentro del budismo tibetano. Al igual que el Dalai Lama es la cabeza de los Gelupas.


En el monasterio budista de Vajra Vidaya el Karmapa ha estado dando enseñanzas durante una semana, y después ha estado recibiendo a grupos de personas interesadas en conocerle.

Nosotras fuimos con un grupo de 18 occidentales y un indio, entre los que había 4 niños. Todos juntos entramos en una bonita sala del monasterio y allí estaba el Karmapa, de pie esperándonos. Cuando entré y le vi ¡se me saltaban las lágrimas! Qué privilegio poder estar ahí ante él...

Después de su bendición nos sentamos en semicírculo a su alrededor y le hicimos tres preguntas que algunas personas del grupo querían hacerle.

La primera fue: De todas las religiones que existen en el mundo, todos dicen que la suya es la verdadera pero ¿existe una verdadera religión? La respuesta del Karmapa fue sencilla y acertada: existen varias religiones y todas ellas conducen a la misma verdad. Pero existen variedades igual que existen variedades de personas, y cada uno tiene que elegir la que más encaje con él.

La segunda fue: Entre la vida monástica y la vida laica, ¿cual es la más propicia para la práctica espiritual y en que se diferencian? Su respuesta: existen varias diferencias entre ambos estilos de vida, pero en la época actual en la vida laica hay muchas posibilidades para la práctica espiritual y muchos materiales e información al alcance de las personas. Ninguna es mejor que la otra.

La tercera pregunta: ¿Como se realiza la transmigración de la conciencia de una vida a otra? La respuesta del Karmapa fue: a nivel absoluto no exiten diversas conciencias, todos somos parte de la misma conciencia absoluta, por lo que no se produce ninguna transmigración. A nivel relativo existe nuestro cuerpo, pero la conciencia vive en el plano de lo absoluto.

Les repartió a los niños unas chocolatinas y nos bendijo los Malas y demás objetos que le entregamos, y nos despedimos de él.

Fue un momento muy especial y entrañable, y una gran suerte poder estar al lado de una persona con una realización espiritual tan elevanda, ¡aunque solo fueran 20 minutitos!


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