Nubes


Nubes blancas que en lo alto os suspendéis inhertes, volátiles, difusas; decidme vosotras que contempláis, siendo sin ser, este mundo que cubrís ¿Por qué la vida nos sorprende a cada momento? ¿Por qué cuando amamos podemos ser volátiles y frágiles pero más tarde volvemos a la rigidez? ¿Que misterio esconden vuestros átomos que los nuestros, siendo parte de ellos, no comprenden? Estáis y no estáis. Os transformais constantemente en un devenir de energías, y nos alimentáis con vuestras moléculas, dandonos ásí más tiempo para vivir. ¿Acaso entonces no conoceis el secreto de la felicidad? Alimentadme, pues, de agua de vida y plenitud, y permitidme, con vosotras, gozar de la felicidad de ser... y no ser...


13 Marzo 2000

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